por EDGAR MAINHARD
LOBBY EN WASHINGTON DC
Insólito derrumbe de los opositores a Cristina
Lamentable el comportamiento de los líderes en los acontecimientos de la deuda pública externa. La nueva Argentina o Argentina que viene, peligrosamente puede asemejarse a la actual Argentina
17 de junio de 2014 - 16:00
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En una acción aún más ridícula que prestarse a redactar un anteproyecto de reforma del Código Penal que pretendía el kirchnerismo no peronista desde hacía 1 lustro para afianzar su modelo sociocultural, un conjunto de legisladores nacionales de la supuesta 'oposición' política intentó influenciar sobre la Corte Suprema de Justicia estadounidense para que fallara en forma diferente a la que, finalmente, resolvió.
El mensaje coincidente e inocultable de los líderes opositores representados por esos legisladores fue que en la Argentina todos los políticos creen que el Poder Judicial es posible de influenciar, condicionar y arrastrar hacia fallos contrarios al Derecho. Ellos querían interferir en el trabajo de los integrantes del superior tribunal. Es más: ambicionaban torcer su pensamiento, en nombre de motivaciones políticas ajenas a la legislacion que la propia Argentina había elegido cuando emitió su deuda pública en 2005 y 2010.
El descreer de la independencia de los magistrados, queda ahora en negro sobre blanco, no es una acción circunscripta a la Administración Kirchner sino que es una coincidencia de la mayoría de los elegidos por el voto popular, sin importar sus banderas formales. Muy probablemente, es una afirmación que goza del consenso de la mayoría de la sociedad argentina.
Por lo tanto, el mensaje global inocultable de la hoy día oposición político partidaria fue que la inseguridad jurídica argentina es posible que continúe cuando alguno de ellos se constituya en el próximo Ejecutivo porque la discrecionalidad y el capricho son acciones que gozan de simpatías: nadie obligó a los legisladores opositores a ir a Washington DC sino que fue una asistencia voluntaria, respaldada por los jefes partidarios de cada uno de ellos.
Más allá del peligro de default técnico, Cristina Fernández de Kirchner pudo exhibir un gran éxito político: todos, o casi todos, los líderes argentinos creen que hay una "razon de Estado" superior al Derecho que norma la emisión de deuda pública. No es una casualidad que resulte imposible crear un mercado de capitales en la Argentina: la coyuntura manda, la previsibilidad acata.
Mientras que en USA, el Derecho del acreedor es prioritario porque se comprende que, de lo contrario, New York no podría competir con Londrez, Zurich o Francfort como lugar de emisión de deuda y cotización de valores, en la Argentina no sólo los Kirchner sino también las otras fuerzas partidarias consideran que el Derecho del acreedor -que fue elegido por el país deudor cuando realizó su emisión de deuda- es flexible.
Hubo otra conclusión en los acontecimientos protagonizados por los líderes políticos opositores: era conocido en la Argentina que la estrategia de Cristina Fernández de Kirchner consistía en estirar los plazos procesales al máximo, de manera tal de ingresar al año electoral 2015, y lograr transferir el problema a la próxima Administración.
La perversidad de la viuda de Néstor Kirchner es llamativa: minar el escenario al que viene, con problemas por resolver en las tarifas, la inflación, el déficit fiscal/gasto público y el litigio con los holdouts. Cristina no esperaba resolver el problema financiero-judicial de fondo sino apostar a que la crisis judicial de la deuda pública estallara más adelante. No imaginó que los hechos se desencadenarían cuando no concluyó el 1er. semestre de 2014. Por lo tanto, ahora es ella quien tiene que resolver lo que pensaba transferir a su sucesor. Al menos en ese tema, Cristina no podrá sentarse a observar las viscisitudes del próximo mandatario y, en todo caso, fiscalizarlo, quejarse y cuestionarlo.
Por lo tanto, menos se entiende aún a los dirigentes opositores. A ellos les conviene que ocurra lo que sucedió. Sin embargo, ellos aceptaron prestarse para intentar lo contrario. ¿Qué los motivó? ¿Pasear por USA, free-shop incluído, con viáticos generosos?
No. Los líderes opositores, e inclusive los peronistas disidentes, apoyaron la gestión porque suponían que si todo salía según lo necesitaba Cristina, provincias, Ciudad de Buenos Aires y hasta municipios bajo control de opositores o neo opositores, podrían emitir deuda pública imprescindible para financiarse en el resto de 2014. El exceso de gasto público es una irresponsabilidad argentina desde hace mucho tiempo, gobiernen civiles o militares.
También en ese enfoque coinciden, en definitiva, Gobierno y opositores. Nadie está pensando en aliviar al contribuyente, mejorar la aplicación de los recursos, gastar menos. Por lo tanto, la recuperación del superávit fiscal a partir de bajar las erogaciones no aparece en el imaginario de los dirigentes. Es desolador.
La justificación de la irresponsabilidad es el "patriotismo", tal como sucedía durante la invasión a Malvinas. Es una interpretacción errónea del nacionalismo. El patriotismo supone advertir a la sociedad lo que está sucediendo, intentar impedir los errores y trampas de la Administración Kirchner, que decidió ignorar las advertencias y ocultar las consecuencias de eludir la legislación, o bien ignorarla o cometer desacato.
En definitiva, la conclusión del bochorno judicial que ha ocurrido es desoladora en términos de riesgo-país, que excede al riesgo gubernamental. Aparece la evidencia de lo que se pretendía ocultar: que los Kirchner son emergentes de una sociedad que comparte con ellos muchos razonamientos y conductas. Los K no son tan diferentes a sus otros colegas políticos, más allá de que unos sean transitorios oficialistas y otros opositores.