IZQUIERDA PRESIONA A LOS SINDICALISTAS PJ

El sindicato de la alimentación parece desbordado

Comenzó a sospecharse con el vidrioso conflicto en CALSA pero luego todo se ha acelerado, Paty inclusive, y sin olvidar el irracional reclamo contra Granix en Baradero: el Sindicato Trabajadores de la Industria de la Alimentación plantea una ofensiva todoterreno condicionado por las disidencias internas que existe en la heterogénea estructura de empleados que tiene el sector. Es cierto que la ofensiva ocurre cuando explota la paritaria de Camioneros, que rechazó la propuesta de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) de un aumento escalonado de 26%. Y que también sigue trabada la negociación del gremio de Sanidad con las cámaras que agrupan a las clínicas, sanatorios y hospitales privados, centros de diagnóstico y laboratorios de análisis clínicos, que no conceden el 32%. Pero lo del Stia es más politizado, por definirlo de alguna manera.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El Mundial de Fútbol 2014 no alcanza para descomprimir el conflicto social ya instalado en sectores laborales como la industria alimentaria.
 
La urgencia del Ministerio de Trabajo apunta a resolver la negociación en alimentación pero con la declamación los logros de Carlos Tomada serán escasos. Desde hace más de 10 años que Tomada es uno de los funcionarios más ineficientes a la vez que más genuflexos de la Administración Kirchner, ¿por qué cambiaría hoy día el estilo que le cambió la vida?
 
El viernes 13/06 el gremio inició un paro de 4 horas por turno de producción que repetirá hoy (lunes 16/06), una medida que –según advirtieron las empresas del sector– amenaza provocar faltantes de algunos productos.
 
Para evitar que el plan de lucha se profundice, las autoridades del Ministerio de Trabajo volvieron a citar a representantes de la Federación de Trabajadores de Industria de la Alimentación (FTIA) y de la cámara que agrupa a las empresas de la actividad, para reducir la brecha entre el reclamo gremial, que exige elevar el salario básico de $ 6.300 a $ 9.000 (incremento de 45%), y la oferta empresaria de un aumento escalonado de 30% + una suma fija. 
 
Pero no sólo hay conflictos salariales en el sector porque aparecen los problemas de menores horas extras, de despidos justificados (CALSA) o posibles desplazamientos por reducciones de costos (Paty).
 
El sindicato ya anticipó que si no hay avances en la negociación, declarará un paro de 24 horas.
 
El Gobierno apeló hace días la opción de prorrogar la conciliación obligatoria entre el sindicato y el sector patronal, lo que concluyó el viernes 13/06. Por eso comenzaron los paros de 4 horas por turno, lo que en los hechos significa que las plantas producirán sólo durante la mitad del día. 
 
“Si hay conflicto, habrá problemas con el abastecimiento y las empresas no podrán cumplir con el programa Precios Cuidados”, advirtió Marcelo Ceretti, director ejecutivo de la Cámara de Industriales de Productos Alimenticios (CIPA).
 
El pronóstico del sector patronal es que habrá paro. ¿La razón? La diferencia entre lo que pide el sindicato y lo que ofrecen las empresas es enorme. La patronal ofreció una suba del 30% en tres cuotas y el pago de una suma no remunerativa. Pero el sindicato reclama que el básico suba de $ 6.200 a $ 9.000, es decir un incremento del 45%.
 
Héctor Morcillo, secretario gremial de la Federación de Trabajadores de la Alimentación, consideró “falso” que un paro de su gremio pueda poner en jaque el programa oficial Precios Cuidados.
 
“Una medida nuestra no produce desabastecimiento. El grueso de nuestra producción son golosinas y envasados. Nosotros no elaboramos ni harina, ni aceite, tampoco pan, lácteos y fideos; todos esos alimentos son fabricados por trabajadores de otros gremios”, argumentó Morcillo.
 
Según el sindicalista, “amenazar con desabastecimiento es una extorsión. Quieren que el Gobierno intervenga y ponga en caja al gremio, algo que no va a ocurrir”.
 
“El sector de la alimentación no es ajeno a la realidad que vive el resto de la industria”, dijo Ceretti. Y agregó: “La desaceleración se está haciendo pronunciada en toda la industria de la alimentación. Aún no repercutió en el empleo, aunque podría ocurrir si no se logra un acuerdo salarial razonable”.
 
“Entre noviembre, cuando se fue Guillermo Moreno de la Secretaría de Comercio, y enero, cuando se lanzó Precios Cuidados, hubo alimentos que aumentaron más de un 100%”, replicó Morcillo.
 
Aunque lo nieguen vía Clarín, la rudeza en las negociaciones del sindicato tiene su origen en que en algunas alimenticias importantes la izquierda (Lista Marrón) controla las comisiones internas. 
 
“No pensamos en eso. Estamos defendiendo el salario de los 80.000 trabajadores de la alimentación”, dicen los de la conducción formal (Lista Verde).
 
La izquierda
 
Interesante tener otro enfoque del conflicto.
 
 
"A medida que se agrava la crisis industrial, la burocracia sindical acentúa su defensa de la patronal y el patoterismo. La burocracia de la Confederación de Gremios Industriales ha sacado una solicitada, en la línea de la burocracia del Smata, para atacar al movimiento obrero que lucha y a la izquierda. 
 
Al cierre de esta edición, se sumaba a la tropa el secretario de la Asociación Bancaria, con una afirmación desopilante: “no quiero ver a Pitrola en la Bancaria”. Es el lenguaje de un patrón, en este caso de un sindicato, cuando las urnas de la votación en el banco Galicia daban un resultado peleado. La solicitada que denuncia a la izquierda como “violenta” lleva la firma de Gerardo ‘batallón 601′ Martínez.
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Los burócratas ponen las barbas en remojo porque saben que la crisis no se disipará en el segundo semestre –como aseguran alegremente para justificar que las suspensiones masivas evitan los despidos. Iveco ya abrió la lista de ‘retiros voluntarios’. 
 
Una encuesta reciente entre empresarios arrojó que en la segunda parte del año más de un tercio de las empresas del país prevén reducir personal. Al sobrestock de automóviles en Argentina se suma la caída de la demanda de parte de Brasil. Un directivo de la Ford de Brasil ha caracterizado que la crisis se alargará en el tiempo debido al elevado endeudamiento de las familias – lo mismo que en Argentina. Con el aumento de la tasa de interés y el reendeudamiento a partir de los acuerdos con Repsol, el Club de París y los fondos buitres, el llamado “modelo productivo” (que siempre fue rentístico) concluye con un fenomenal negocio financiero. (...)
 
¿Con qué recursos políticos piensa el gobierno afrontar la ola de despidos y suspensiones ya anunciada por los capitalistas? La burocracia ha mostrado límites insalvables, una vez que las luchas se multiplican por doquier.
 
El reclamo de prohibir las suspensiones y los despidos, y el reparto de las horas de trabajo entre todos los trabajadores de cada planta adquiere, a la luz de la crisis, una gran actualidad. La cuestión del impuesto al salario también se pone al rojo vivo con el cobro del medio aguinaldo: centenares de miles de trabajadores se verán confiscados por la decisión del gobierno de no elevar ni el piso sobre el que se cobra el impuesto ni las escalas. (...)".
 
 
 
"En toda crisis económica, las patronales dicen que así no pueden seguir, que venden menos, se cayeron las ventas y que no pueden afrontar tan altos costos. Parten en ocasiones del hecho cierto de que se contraen los mercados y se reduce la demanda, con lo cual necesitan bajar la producción. 
 
Pero hay dos cosas centrales de las que no hablan: que vienen de acumular fabulosas ganancias en años previos. Cuando los números dan bien se quedan con toda la ganancia, cuando los números dan mal quieren pasarnos sus pérdidas. Lo otro que no dicen es que menos producción o menos venta no significan pérdida para ellos, sino menos margen de ganancia. Ellos despiden o suspenden para garantizarse ganar más. Así funciona el capitalismo y lejos de aceptarlo tenemos que derrotar ese mecanismo perverso en cada lucha concreta, obligarlos a retroceder ante cada intento de despido o suspensiones. (...)
 
Primero, prohibir por ley los despidos y suspensiones para priorizar el empleo. A la vez, que cada empresa que no cumpla o que presente quiebra sea expropiada por el estado y puesta a funcionar bajo control de sus trabajadores. Así evitaríamos las amenazas de despidos y suspensiones y si las quieren llevar adelante, los trabajadores estaríamos amparados por ley.
 
Además se debe terminar con las mentiras patronales: exigimos la apertura de los libros contables de cada empresa. Que los trabajadores y gremios tengamos acceso a ver cuánto ganaron estos años, cuánto facturaron y dónde están esos millones, investigando sus movimientos financieros. Sería muy fácil darnos cuenta que tienen fortunas y que pretenden seguir teniéndolas a costa nuestra. (...)".

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