S. PAULO (CartaCapital). Listo para disputar la elección municipal en Campinas, localidad de S. Paulo, Brasil, el economista Marcio Pochmann, presidente del IPEA (Instituto de Investigación Económica Aplicada), defiende la tesis de que el cambio social de los últimos 8 años no dio lugar a la creación de una nueva clase media en el país.
MARCIO POCHMANN Y EL GOBIERNO DEL PT
"Los trabajadores no han entendido el ascenso social"
Mejorar la redistribución de la riqueza no garantiza la creación de una clase media nueva. La clase media tiene una identidad sociocultural muy definida. El tema -desarrollado en Brasil por un economista hoy candidato a alcalde por el PT- resulta muy interesante en la Argentina ya que es un tema que ignoran u olvidan los ladriprogresistas gobernantes.
En su libro 'A nova classe media?' (Editorial Boitempo), el economista-candidato político por el oficialista Partido dos Trabalhadores, afirma que, pese a Luiz Inácio Lula da Silva y a Dilma Rousseff, los empleos generados en los últimos años solo crearon en Brasil una clase trabajadora consumista, individualista y despolitizada.
Ese movimiento de ascenso de la clase obrera, según Pochmann, muestra signos de agotamiento y, ahora, el gobierno de Dilma Rousseff debe buscar otras maneras de generar empleo.
El economista debe salir en breve del IPEA, donde se desempeña desde el año 2007, para oficializar su candidatura a la intendencia de Campinas por el PT. Su libro será lanzado el próximo 29/06, durante un debate en la sede de la PUC (Pontificia Universidad Católica), en São Paulo.
-Usted habla de que hay una falta de preparación de las instituciones democráticas para canalizar los intereses de la nueva clase trabajadora. ¿Por qué?
-Estamos observando una despolitización en este ascenso social en el país, envuelto en los valores de mercado, y no podría ser diferente. Fue así también en los '70. Pero en ese momento, había una acción más directa de las instituciones, que nosotros no estamos viendo hoy en día.
Hay una falta de organización de las instituciones para lidiar con ese segmento que, posiblemente, liderará el proceso político brasileño. De alguna manera, ese segmento conducirá la política brasileña. Sea desde la derecha, o desde la izquierda.
Los sindicatos, asociaciones barriales y partidos políticos están observando un avance social que no se traduce en mayor número de afiliaciones en los sindicatos, en participación en las asociaciones de vecinos ni en los partidos políticos.
Tenga en cuenta que aproximadamente 1 millón de jóvenes ingresaron a la universidad a través del Prouni (Programa Universidade para Todos). Eso es un ascenso en la presencia en la universidad, pero ¿se traduce en la ampliación y fortalecimiento del movimiento estudiantil? Nosotros no lo notamos.
Lo mismo sucede en relación a los lectores. Hubo un aumento de más de 40 millones de lectores en Brasil, pero la expansión de los medios impresos no se traduce en ese mismo sentido.
-¿Hay una explicación para esto?
-Las instituciones democráticas no han comprendido aún lo que ha sido esa movilidad social. Como tenemos poco conocimiento, no tenemos una acción más definida. Los sindicatos terminan siendo más defensores del pasado que protagonistas del futuro, porque no logran crear un diálogo con ese segmento. Es un reto evidente para todos nosotros.
-Usted dice que la clase obrera es consumista. ¿Esto es necesariamente algo malo?
-No, es un movimiento natural que ocurre cuando vos no tenés politización, conseguís un trabajo y aumentan tus ingresos. Lo ves como resultado del esfuerzo individual, cuando en realidad, sabemos que la generación y el aumento de los ingresos dependerán de un acuerdo colectivo, de una decisión política, de un resultado electoral.
Por lo tanto, a lo que quiero llamar la atención es que esa expresión que se observa con mayor claridad, es natural desde la perspectiva de la individualidad de cada uno. Pero, si no va acompañada de un proceso de toma de conciencia, el ascenso puede, al mismo tiempo, accionar cosas del pasado, o referirse a una visión de la sociedad muy diferente de la que dio lugar a la movilidad ascendente reciente.
-Porque las personas identifican el ascenso como un resultado del propio esfuerzo individual...
-Ese es el papel de la politización, porque entonces te das cuenta de que las cosas se han hecho con otros segmentos, propicios para el crecimiento, el empleo y así sucesivamente. Pero en la cuestión de los valores más amplios de la política, tal como podría ser la pena de muerte, en su mayoría están vinculados a visiones anticuadas.
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-La mayoría de los puestos de trabajo generados en estos años fue con un rendimiento cercano a un salario mínimo. ¿Cómo podría el gobierno crear puestos de trabajo con mejor sueldo?
-En primer lugar quiero decir que fue bueno crear esos puestos de trabajo, acompañados de la formalización y del aumento del salario mínimo, teniendo en cuenta el stock de desempleados que teníamos. En el año 2000 eran prácticamente 12 millones de desempleados. Si Brasil no generara ese tipo de oportunidades, si generara puestos de trabajo de clase media que requieren mayor escolaridad, este segmento que ascendió, nunca hubiera ascendido. Sin embargo, este movimiento está mostrando signos de agotamiento, dado que la cuestión clave ahora es aumentar las inversiones para aumentar la capacidad de producción. Y el aumento de las inversiones, nuevas fábricas, nuevos avances en la producción, van acompañados de innovación tecnológica, mayor demanda de calificación, mayor demanda de trabajadores con escolaridad, por lo tanto mayores salarios y mejores puestos de trabajo.
-En su libro, usted dice que las personas que ascendieron socialmente en los últimos años no pueden considerarse integrantes de una nueva clase media. ¿Por qué?
-Una clase media tiene ocupaciones diferentes de las que tienen las que fueron generadas en estos años. Si fueran bancarios, maestros o líderes de negocios, tal vez podríamos asociar a valores de la clase media, pero no fueron esas ocupaciones las que provocaron la movilidad social.
En el caso brasileño, porciones significativas de las ocupaciones no son generados por la industria sino por los servicios. Por eso, entendemos que son nuevos segmentos de clase obrera. La clase media tradicionalmente tiene una estructura muy diferente de esos nuevos segmentos que surgieron en Brasil. Ella tiene un mayor gasto en educación y salud. El peso de la alimentación es mucho menor de que lo que se identifica en ese segmento de ingresos de hasta 1,5 o 2 salarios mensuales.
Al mismo tiempo, la clase media ahorra, no gasta todo lo que gana. En su caso, el aumento de ingresos no se traduce necesariamente en mayor consumo. Sobre todo, porque los bienes que se dinamizaron en el país, tales como electrodomésticos, son bienes que la clase media ya tiene. Así que la clase media ahorra. Y esa es una diferencia que hemos identificado en los segmentos ahora en ascenso.
La clase media tiene activos y patrimonio. Hay varias características que, lamentablemente, no podemos observar en esos segmentos que están en aumento. Y hay segmentos que, en nuestra opinión, hablan acerca de la clase obrera como el patrón de expansión de Brasil en los últimos 10 años.
-¿Esas particularidades cambian, de alguna forma, el enfoque de las políticas dirigidas a ese segmento de la población?
-Esta discusión sobre la manera de identificar la movilidad social en Brasil, tiene implicaciones obvias en el posicionamiento del Estado brasileño, y las políticas públicas. Si identificamos ese ascenso como un movimiento vinculado a la clase media, sin duda el papel del Estado estaría vinculado a la difusión de los servicios privados a través de subsidios vía, por ejemplo, el impuesto sobre la renta, que subvenciona el gasto del sector privado de la clase media. Hoy es posible deducir gastos en educación, salud y pensiones privadas. Son diferentes intereses los de la clase obrera, que son bienes públicos de interés colectivo: salud pública, educación pública, transporte público.
-¿Cuándo tiene que dejar la IPEA para centrarse en su campaña?
-Eso es una respuesta que no estoy en condiciones de dar. Antes del 06/07, yo sé que tengo que irme inexorablemente. El día que saldré depende de la Presidente, y estoy esperando la definición de ella.
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-Usted hasta ahora sólo ocupó cargos técnicos y ahora está intentando su 1ra. elección ejecutiva. ¿Por qué tomó la decisión de ser candidato?
-Yo me considero un intelectual de perfil comprometido. Fue a partir de una conversación con el propio presidente Lula, en la que él llamaba la atención acerca de los cambios que Brasil estaba realizando en el comienzo de siglo 21. Los cambios son muy diferentes de los que Brasil estaba realizando en los años '70, principios de los '80, cuando fue creado el PT. Hoy tenemos un ciclo de liderazgo que se forjó en un Brasil que casi no existe más. Hay una necesidad de renovación del PT, sobre todo cuando el partido está en su punto máximo todavía.
También tiene otro lado. En general, la intendencia municipal existe como una responsabilidad de bajo perfil en comparación con el Ejecutivo provincial o federal. Sin embargo, en el caso de Brasil, que es una federación, el ejercicio de un mandato en la intendencia municipal es absolutamente fundamental. Cuando se lanza una política pública, se habla desde la experiencia en determinada localidad para ver si funciona, si no anda, no habrá un programa de alcance nacional. Tenemos una oportunidad de probar experiencias innovadoras desde el punto de vista de la administración pública. Campinas es una ciudad que permite esta oportunidad para comenzar un ciclo de innovación en políticas públicas que son necesarias para el Brasil de hoy.
-Su candidatura fue decidida por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, tal como ocurrió en Sao Paulo con Fernando Haddad. Algunos se encuentran molestos con estas decisiones basadas en el deseo personal del ex Presidente.
-En mi caso, tuve esa conversación con el presidente Lula y luego comenzó una larga conversación con los militantes, con el PT en Campinas, tanto es así que me sometí a una previa en el PT con otro candidato. Fue la previa con mayor participación en la ciudad de Campinas y mayor apoyo a un candidato. Debido a que participé de un proceso interno democrático, aprendí mucho, me gustó.
-¿Ha hablado con el ex Presidente?
-Estuve con él hace dos semanas y hablamos un poco acerca de este período posterior a la previa, organización de la campaña. Expresó su deseo de apoyar de la mejor manera que pudiera.
-¿La presidente Dilma ya dijo como será la presencia de ella en la campaña?
-No he tenido esa oportunidad. Estoy esperando el momento oportuno para hablar con ella.
-¿Qué partidos formarán parte de la alianza?
-No hay definición. Comenzaremos a escucharlos, consultaremos a varios partidos y haremos un balance de las oportunidades para los partidos. Y hay tiempo para definir hasta julio, en realidad.
-Campinas tuvo un alcalde revocado recientemente, el Dr. Hélio de Oliveira Santos (PDT). ¿Habría alguna limitación en aliarse al PDT?
-No. De hecho, me imagino que la discusión que tuvo lugar en el municipio fue en el pasado, aunque este sea un elemento a tratar. Si nos quedamos discutiendo el pasado, no tendremos respuestas para el futuro. Quiero ser un candidato del futuro, tener respuestas para la sociedad. El pasado sirve solo para no repetirlo, ni cometer los mismos errores.