HOMICIDIO INVOLUNTARIO

Detenido el capitán del Costa Concordia por negligencia y fuga

El comandante del 'Costa Concordia', el mayor crucero italiano, naufragado en el mar Tirreno frente a las costas de la isla de Giglio, Francesco Schettino, ha sido detenido, según confirmó eel fiscal jefe de Grosseto, Francesco Verusio. El primer oficial del puente de mando, Ciro Ambrosi, también ha sido detenido. La Fiscalía les acusa de homicidio involuntario, naufragio y abandono del barco.

"El capitán se aproximó de forma muy torpe a la isla de Giglio, chocó con una roca que está encastrada en su flanco izquierdo, haciendo inclinarse [al navío] y entrar gran cantidad de agua en un espacio de dos, tres minutos", relató Verusio.

El Costa Concordia, tras atracar en Civitavecchia para que los pasajeros visitaran Roma, se dirigía al puerto de Savona (norte de Italia), y desde allí tenía previsto hacer escala en Palermo (Sicilia), Cagliari (Cerdeña), Palma de Mallorca, Barcelona y Marsella antes de volver a Civitavecchia. Una semana de diversión por menos de 1.000 euros, un carrusel sinfín, un hotel flotante que se derrumbó torpemente a los pies de una isla preciosa.

El fiscal ha decidido precintar el barco y requisar las cajas negras que registran las conversaciones de la nave con la capitanía del puerto de Livorno, el más importante de la zona. Según éstas, el impacto se produjo a las 21.45 del viernes, pero las autoridades portuarias "no fueron advertidas de inmediato", en palabras del fiscal. "No enviaron una señal de socorro. El barco contactó con nosotros cuando la evacuación ya estaba en marcha", declaró a la CNN Emilio Del Santo, de las autoridades costeras de Livorno.

A los investigadores les consta que el comandante abandonó la nave hacia las 23:30, de acuerdo con el diario La Repubblica. A esa hora, parte de los viajeros y de la tripulación todavía estaba esperando ser evacuada. Los últimos en abandonar el barco lo hicieron entre las 2:30 y 3:00. Según la cadena estadounidense, huir de la nave es el cargo más grave al que se enfrenta.

El fiscal interrogó este sábado durante varias horas a Schettino, después de que en la noche del 13 de enero el barco, con 4.229 ocupantes a bordo, encallara a unos 500 metros de la isla toscana de Giglio, al chocar con unas rocas.

Dice el capitán Schettino que no navegaba cerca del litoral, pero el Costa Concordia —un buque gigantesco, con más vecinos que muchos pueblos de la Toscana— yace en la orilla de la isla de Giglio, sobre el flanco de estribor, con una grieta de 70 metros en el casco y un misterio aún por resolver: ¿hay cadáveres en su interior? 

La noche del viernes, a eso de las 21.30, los 3.200 pasajeros y 1.000 tripulantes que acababan de zarpar del puerto de Civitavecchia —a 80 kilómetros al noroeste de Roma— sintieron un fuerte impacto, un apagón momentáneo y el estruendo de los cristales al caer. Según coinciden cientos de testimonios, la tripulación quitó importancia al incidente, pero la inclinación progresiva del buque desató el pánico. 

Aunque 24 horas después del accidente las noticias seguían siendo confusas, ya es seguro que tres personas —dos turistas franceses y un marinero peruano— murieron durante el accidente y que las autoridades italianas tienen una lista de unos 40 posibles desaparecidos. Tras declarar durante toda la jornada, el capitán, Francesco Schettino, de 50 años de edad y 30 de experiencia, fue detenido bajo la acusación de “homicidio culposo” y “abandono de pasajeros”.

El choque

"Hubo una peligrosa aproximación [a la costa] que probablemente causó el accidente, aunque será la investigación la que lo establezca totalmente", explicó a SkyTG24 el portavoz de los guardacostas. Luciano Nicastro.

El capitán, un napolitano de 52 años, explicó a la televisión Tgcom24 que había "golpeado una roca" que no figuraba en la carta náutica. "Mientras navegábamos a velocidad de crucero, chocamos con una roca. Según la carta náutica, tenía que haber habido suficiente agua debajo de nosotros", se defendió en antena.

"Sobre la base de las primeras evidencias, todavía preliminares, el Costa Concordia, bajo el mando del capitán Francesco Schettino, estaba navegando normalmente desde Civitavecchia (Roma) a Savona, cuando de repente el buque rozó una roca", ha explicado en un comunicado Gianni Onorato, presidente de Costa Crociere, armador del buque siniestrado.
Evacuación

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"El capitán estaba en el puente de mando en ese momento, entendió la severidad de la situación e inmediatamente inició una maniobra destinada a garantizar la seguridad de pasajeros y tripulación y comenzaron los procedimientos de seguridad para prepararse para una eventual evacuación del barco. Desafortunadamente, esta operación fue complicada debido a una repentina inclinación de la nave, que hizo difícil el desembarque", asegura la nota.

El guardacostas Nicastro explicó por su parte que la maniobra de seguridad que efectuó el capitán tras el accidente (acercando al barco a la costa) facilitó el rescate, pues "permitió a miles de personas ser conducidas a la costa rápidamente y de un modo seguro".

Sin embargo, tras el suceso, numerosos pasajeros han denunciado la actuación del capitán (a quien acusan de haberles mentido, pues informó de que era un problema eléctrico) y la tripulación tras el incidente.


Según testigos, la orden de evacuación se dio dos horas después del accidente y no recibieron ninguna información. "La tripulación no tenía ni idea de cómo evacuar y el capitán nos mintió", dijo uno de los 188 españoles que iban a bordo.

El naufragio se ha cobrado hasta el momento 3 víctimas -1 peruano y 2 franceses-, además 40 personas han resultado heridas (dos de ellas en estado grave) y otra cuarentena no ha sido localizada (inicialmente eran 70), según dijo el comandante Cosimo Nicastro, del Comando General de la Guardia Costera.

La cuestión más chocante del asunto es que no hay lista de desaparecidos. Ni la naviera ni las autoridades italianas son capaces de aclarar todavía si las víctimas serán finalmente tres ó varias decenas. Si el naufragio del Costa Concordia será recordado como un accidente de tráfico en el mar o como una verdadera tragedia.

Según la capitanía del puerto de Livorno, que coordina el rescate, la todavía no se puede hablar de desaparecidos porque estas personas podrían "no haber sido registradas" a su llegada a tierra".

Nicastro precisó a la prensa en Porto Santo Stefano, el puerto más cercano a la isla de Giglio, que se trata de una cifra que no es definitiva, ya que los submarinistas tienen aún que inspeccionar la parte interior del barco, que está escorado 80 grados y hundido en un banco de arena de 30 metros de profundidad.

Se da la circunstancia de que muchos de los supervivientes no supieron que estaban tan cerca de la costa hasta que ya estaban sobre el mar, a bordo de las lanchas de salvamento, porque la mole de 17 pisos se interponía entre ellos y la isla. 

“Nadie nos dijo”, resalta Vicente Bonín, “que estábamos tan cerca. Nos podrían haber evitado unos momentos de pánico que jamás olvidaremos”. Bonín es uno de los 177 españoles —siete de ellos tripulantes— que viajaban en el Costa Concordia. Uno de ellos, Guillermo Gual, de 68 años, procedente de Palma de Mallorca, continúa desaparecido. Durante toda la tarde, agentes de los carabinieri  y de la Guarda de Finanza recorrieron los bares y las pensiones de Porto Santo Stefano intentando achicar la lista de los desaparecidos.

Las críticas de los supervivientes hacia la tripulación del barco se convierten en agradecimiento emocionado cuando se refieren a los habitantes de la isla de Giglio. Los vecinos —unos 1.500— se afanaron desde el primer momento en socorrer a unos náufragos que casi los triplicaban en número. La iglesia, el asilo de la parroquia, casas particulares y hasta el hotel Bahamas, que estaba cerrado por tratarse de temporada baja, se abriero