por RAÚL ACOSTA (*)
DESPUÉS DE CRISTINA-MARÍA EUGENIA BIELSA
Muerte en las vísperas y la foto mágica
Hay que seguir con atención el proceso político-institucional que viene en la provincia de Santa Fe. En especial, luego de la fotografía que Cristina Fernández le permitió a María Eugenia Bielsa.
26 de noviembre de 2011 - 11:10
ROSARIO (La Capital). El dicho, de España, claro, sostiene: nadie se muere en las vísperas. Parece cierto. Le ha sucedido al gobierno nacional, atontado en el 2009, que avanza raudo a la reconquista de la clase media. El peor chocolate contra el más demacrado hígado sería una minucia comparado al agujero en los actores políticos de la clase media.
La seducción de la viuda para con ellos es muy importante. Nada queda lejos de su discurso. A todas partes llega y el intento es universalizar el apoyo a su mandato.
El valor de su foto adquiere ribetes mágicos. La arquitecta Bielsa esgrime la foto como el mejor argumento para su petición: Presidencia de la Cámara de Diputados de la Provincia. Hay más tela para cortar en este asunto.
Los dichos de la señora Presidenta se corresponden con una certificación horaria. Si el voto a su candidatura hubiese sido en el mismo acto eleccionario en el que se eligió a Antonio Bonfatti la respuesta sería otra. No se sabe cual. Se puede inferir que otra sería la provincia. No hay contrafacto que valga. Lo mismo dice Mauricio Macri.
Hasta José Manuel de la Sota, el cordobés, no estaría con sus cabellos al viento y la misma sonrisa. Una elección común tendría significado distinto y, por tanto, otros significantes.
La duda mas consistente con la señora Fernández de Kirchner se enfoca, hoy, en el deterioro de su relación con Hugo Moyano, titular de la CGT. Con el hombre. Con las formas de ejercer el poder gremial. Contra el poder gremial. Ésa es la escala. Esa la escalada posible. Hugo Yaski en los últimos viajes, en las sillas de la primera fila de algunos actos, parece convertirse en señal del juego en que estamos participando. Desde la tribuna, pero estamos.
Una de las claras visiones del socialismo, café de por medio decía: “seamos sinceros: a quien le desagradan sus frenos a los actos de provocación de algunos líderes gremiales, la denuncia de los sueldos de película y el enfoque desarrollista para con la UIA y las relaciones empresario y asalariado”. Poca y mínima respuesta. La clase media viene entrando a la estación por vía primera.
Un tren que se viene. Un tren que se va. Parece lógico. ¿Se irán las organizaciones de base, la que se llama izquierda militante, por estos discursos? Respuesta posible: no. ¿Se irán los sindicatos, la sempiterna columna vertebral del peronismo. Insistencia en el monosílabo? No. ¿Alguien abandona un tren con la señora Presidenta al frente, el 54% de los votos, un guiño a la clase media, un chas chas en la cola al gremialismo tradicional y el discurso de todos somos trabajadores, viva el país antes que el conflicto gremial?
Diciembre encuentra a los medios en mitad de una discusión de tipografías y caracteres. Títulos catástrofe a los pibes robados y/o masacrados. Títulos catástrofe al enojo con Moyano. Títulos catástrofe al sistema de subsidios que está volando por los aires. Demasiadas cuestiones. Convendría bajar la tipografía. Hay cuestiones moribundas y otras que renacen.
Cuando la señora dijo: debemos liberarnos y avanzar con nuestras propias razones culturales (no dijo eso textualmente, pero puede inferirse) hablaba de una liberación nacional en el rubro mas molesto: las respuestas populares. Los modos, usos y costumbres, los “folkways”, como decía el veteranísimo Eli Chinoy están salteando pasos. Igualdad de derechos. Restituciones y conquistas en algunos casos (básicamente femeninos, los de género) y olvidos clásicos en otros. Ancianos y niños, aquellos que primero rescataba Perón.
Está escrito que este gobierno nacional tenía arrebatos “cincuentistas”. La prepotencia del Estado es clásica de aquel peronismo. También se propuso, como opinión al ruedo de discusión, la diferente lectura de la historia del 1970 y sus alrededores. El actual gobierno basa mucha de sus banderas en aquella pelea que enfrentaba a peronistas entre si.
Si nos fijamos la pelea del 1950 era para reivindicar a quienes estaban postergados. La de 1970 por la recuperación de libertades negadas (golpes tras golpe hasta el gran golpe de 1966) y la toma del peronismo por parte de una izquierda que leyó a González Arregui de un modo y a Cooke de otro. Lorenzo Miguel versus Montoneros
Ha llegado el momento de la síntesis. El gobierno de la señora CFK aparece sintetizando ambos momentos con aquello que ofertaba Arturo Frondizi. Una opinión nacional, pero el énfasis en el desarrollo. El encuentro con los pueblos latinoamericanos y la lucha por conservar lo mejor del peronismo y dotarlo de cuadros propios, pero básicamente letrados.
Rara y desafiante será la cuestión. En números lo que aparece es resumir lo reivindicativo del 1950, mas lo atrevido y jugado de 1970 con el verdadero pensamiento nacional de crecimiento, que se expuso en 1956/57 y que puede denominarse desarrollismo de 1960.
En algún lugar personajes como Arturo Ferrer, Oscar Defante, Elias Soso, el alma de “don Carlos”, de Uranga, de Gelsi, del bisonte Alende, Luis Carballo estarán, los vivos aplaudiendo, los que se fueron soplando buenos vientos.
No ha muerto el desarrollismo. Esto, este diciembre que viene parece. que fuera la víspera del dicho popular. Ojalá siga y no se muera mañana. Ojalá siga.
Siendo la señora una persona de decisiones fuertes y temperamentales, definitivamente propias, la cuestión tiene otro componente. No hay fusibles. Los saca de juego. Aerolíneas es su tema, como antes los subsidios, Hugo Moyano, como mañana otro eje de discusión. Siempre aparece un tema en la agenda. No hay ministros ni delegados. No hay fusibles. Ella sola contra la trifásica. La cuestión de género hace lo suyo. Hay otro perdoncito. Es una señora. ¿Qué hombre puede llorar en un discurso y lograr aplausos? El aliento de las tribunas es fuertemente positivo. Hasta que los números de los balances y el bolsillo popular lo quieran y hay ya mismo un ruego: que lo quieran por mil años.
Las mismas vísperas que impidieron la muerte del “desarrollismo” ayuda a quienes se creen desaparecidos de las lucha por un puesto. El peronismo de la provincia de Santa Fe es el que combate. Jorge Obeid y Omar Perotti, mas algunas de sus piezas (no tienen tantas) proponen a la señora María Eugenia Bielsa como titular de la Cámara de Diputados.
No es un cargo que se votó. Todos son pares. En el 2007 el titular de la lista del FPCyS fue Oscar Lamberto, que llevaba el número uno en la boleta y el titular de la Cámara fue Eduardo di Pollina. Uno calmo para charlar con todos y uno fogoso y temperamental para pelear desde la bancada como eso, su jefe de bancada. Para ser el primero entre los iguales (el latinazgo diría “el Primus inter pares”) las cuestiones son internas e íntimas.
Una sola requisitoria, externa, no ha sido explicitada: ¿Para que quieren el cargo tantos diputados cercanos al peronismo? La señora Bielsa, el señor Rubeo, el señor Avelino Lago. Hay muchos. Se necesitan los votos de los pares. ¿Será la foto con CFK el voto calificado? Hay una constancia pública. El socialismo ha dicho que sería tonto decir que ellos (el socialismo) con cuatro diputados en el recinto codician el cargo. En rigor 4 sobre 50 es muy poco. La presidencia será para el peronismo.
Con tantos enojos, denuestos, denuncias de sospechas de mal manejo de fondos, la tranquilidad del cargo parece alejar a la señora Bielsa. El dicho la tiene como protagonista. Hasta el 2 de diciembre hay tiempo. Nadie dejó de ser candidato en las vísperas.
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(*) Testigo.