CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- El Gobierno intentó hoy bajarle el tono a la creciente disputa con Hugo Moyano, que ayer tuvo unos de sus capítulos más ásperos con las críticas de la presidente Cristina Fernández a lo que llamó "conflictos intersindicales" y rechazó que el reparto de ganancias se fije por ley.
TENSIÓN ENTRE EL GOBIERNO Y LA CGT
De Vido asegura que "la relación con Moyano está intacta"
El ministro de Planificación, Julio de Vido, intentó minimizar la tensión con el jefe de la CGT, Hugo Moyano, tras las declaraciones de Cristina Fernández de ayer. Pero, tras aclarar que "la relación está intacta", reconoció que "hay momentos de mayores diferencias".
El encargado de hacerlo fue el ministro de Planificación, Julio de Vido, que en las últimas semanas levantó su perfil como vocero de la Casa Rosada. "Moyano puede o no aceptarlo. Podemos tener opiniones diferentes, pero eso no significa un conflicto", planteó De Vido en declaraciones a 'Radio 10'.
Fue su primera respuesta a una consulta sobre el malestar que el rechazo presidencial a la sanción de una ley para el reparto de dividendos generó en el mundo gremial, en particular en el jefe de la CGT, al que la jefa del Estado se dirigió específicamente.
Enseguida, reforzó: "La relación (con Moyano) está intacta. Hay momentos con mayores diferencias y momentos de menores diferencias. Pero nada más que eso".
Ayer, en el cierre de la reunión anual de la Unión Industrial Argentina (UIA), Cristina sepultó el proyecto de ley de la CGT para repartir ganancias entre empleados, mencionó por primera vez la inflación, negó que pensara prohibir girar utilidades al exterior y pidió a los gremios terminar con los conflictos intersindicales y acatar las conciliaciones obligatorias.
Esta mañana, De Vido defendió la postura de la jefa del Estado respecto de la distribución de utilidades. "La Presidente no está de acuerdo con la aplicación general y por ley. Tenemos una ley de convenciones de trabajo es fabulosa para que cada sector acuerde su propio punto de equilibrio", argumentó.
"La Presidenta no está en contra de que haya reparto, sino de que sea por ley", completó.
Desde el moyanismo, en tanto, el diputado Omar Plaini, jefe del sindicato de canillitas y hombre cercano a Moyano, cuestionó el rechazo de Cristina. "Negociar el reparto en las convenciones colectivas de trabajo, que son negociaciones con rango inferior al de la ley, les cuesta a las grandes organizaciones sindicales, imagínese a las más pequeñas", razonó. Y remató: "Es importante que tengamos participación en las utilidades".
Incluso, citó a Scalabrini Ortíz. "Todo lo que no se legisla taxativamente a favor del más débil, queda implícitamente legislado a favor del más fuerte. No es el poderoso el que necesita el amparo legal" . "Nosotros defendemos ese concepto", concluyó.
Sucede que los principales gremios de la CGT, aliados o no a Hugo Moyano, ya no tienen dudas de que se avecinan tiempos de profundos cambios en su relación con el Gobierno y hasta algunos deslizan sospechas de cierto esfuerzo oficial por imponer un escenario de tensión en el vínculo con el sindicalismo. Y, en esa clave, fue que tanto el moyanismo como muchos de sus críticos interpretaron ayer la nueva embestida de la presidente.
"Nos dio con un garrote a todos", ironizó un sindicalista, que atribuyó las palabras de Cristina a una crítica que va más allá de Moyano e involucra a toda la dirigencia gremial.
Cerca del camionero y también entre aquellos gremios distanciados de su conducción sostienen que la escalada en el enfrentamiento con la Casa Rosada responde a cierto interés oficial por recrear "una relación sino de confrontación, por lo menos de tensión" con el sindicalismo.