La posición asumida por el presidente Ollanta Humala, de mostrarse a favor de los proyectos mineros, provocó reacciones de inmediato en el sur de Perú. El presidente del Gobierno Regional de Arequipa (GRA), Juan Manuel Guillén, consideró que la situación que se viene es delicada, porque es como si hubiera “apretado el gatillo para acelerar algunos conflictos sociales” que se veían venir.
MINERÍA
Humala dispara el conflicto minero al sur de Perú
Para diferentes referentes sociales, Ollanta Humala ha tomado un camino "neoliberal" al apoyar emprendimientos mineros al sur de Perú, donde la mayoría de la población votó por el actual presidente. Según el presidente del Gobierno Regional de Arequipa (GRA), Juan Manuel Guillén, consideró que la situación que se viene es delicada, porque es como si hubiera “apretado el gatillo para acelerar algunos conflictos sociales” que se veían venir.
Sin embargo, tanto Guillén como el presidente regional de Moquegua, Martín Vizcarra, coincidieron en que la posición del jefe de Estado, por un lado es consecuente con el principal eslogan de campaña, “crecimiento con inclusión social”. “El país requiere proteger sus recursos y a la vez promover las inversiones”, dijo Vizcarra. Mientras Guillén agregó: “está actuando con mucha transparencia al reconocer públicamente que la minería contribuirá a la inclusión social”.
El titular de Moquegua aseguró que para garantizar el agua y fortalecer el agro se necesita de inversiones -que provienen de la minería- y de haber diferencias en torno a estos dos sectores se debe buscar una solución a través del diálogo.
Sin embargo, el presidente del Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo (FEDIP) Moquegua, Alex Sosa, sostiene que Humala adoptó una política de gobierno neoliberal, a favor de las mineras.
“Esto es peligroso porque en la campaña dijo una cosa y ahora adopta otra actitud, lo que está generando la desconfianza en la población”, precisó.
Con las cartas sobre la mesa, a Guillén le preocupa que los conflictos se puedan acelerar, más aún porque principalmente en el sur, donde se gesta más de un movimiento antiminero, la gente votó por Humala, precisamente porque sentían que él recogía sus reclamos y ahora sienten desconcierto.
Ante ello, consideró que existe un gran desafío que involucra al gobierno central y también a los gobiernos regionales y locales, a quien este gobierno le dio un rol mucho más protagónico en los procesos de diálogo ante los conflictos sociales.
“Ahora tendrá que haber mucho más coordinaciones, para ver cómo a través del diálogo se llega a consensos que garanticen la paz social, indispensable para las inversiones. Ahora tendremos que actuar como una especie de bisagras”, concluyó.