CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Continuando con la nota ´El Siglo Chindio´ y ´China: el poder de la planificación” (ver notas relacionadas), presentamos a continuación los argumentos de Michael Schuman publicados en Time a favor del caso indio.
EL SIGLO CHINDIO II
India: Libre para el éxito
El siglo que viene es el siglo de “China + India” cuyas fuerzas combinadas tienen el potencial de generar crecimiento económico suficiente para repartir. Pero, ¿están a la altura? Michael Schuman argumenta a favor del caso indio.
"Si tengo que soportar otro ejecutivo de una empresa alabando ciegamente a China y reflexivamente destrozando a la India, puedo llegar a ahogarme. Muy a menudo me encuentro atrapado en conversaciones que siguen el mismo, insoportable, patrón. En primer lugar, se desviven por las nuevas carreteras y autopistas chinas, sus aeropuertos,
la sabiduría superior de los mandarines en la política de Beijing y la eficacia clínica de su autoritario régimen. Luego, giran 180 grados para despotricar contra la debilidad de la infraestructura de la India, la ineptitud de los burócratas de Nueva Delhi y el curso tortuoso de la política democrática de la India. No entienden el porque la India no se pone, supuestamente, “al día”.
Al comparar la India y China, la mayoría de los economistas y gente de negocios simplemente mira las cosas que están mal. Los burócratas de Beijing pueden ser mejores para construir carreteras, pero los dictados del gobierno y los abusos de los derechos humanos no aseguran el éxito económico del país. El último medio siglo de historia económica de Asia nos dice que el desarrollo sostenido depende en última instancia de la iniciativa empresarial, de un sector privado fuerte, un estado de derecho y generosa apertura política. India, no China, cuenta con todos estos elementos de construcción fundamental de progreso económico. Y es por eso que India superará a China como primer economía emergente del mundo.
Al presentar este argumento, suelo obtener miradas desconcertadas. En todo caso, soy capaz de reconocer que muchas personas creen que la India se ha quedado atascada, tragando humo detrás de la gran máquina industrial de China. La economía de la India no ha crecido tan rápidamente como la china, ni la industria se consolidó como marca registrada en la economía global. India tiene más del doble de personas atrapadas en la extrema pobreza, con una enredada democracia que intenta formular políticas de largo alcance entre peleas ideológicas impensables en el gobierno autocrático de China. Beijing y Shangai están conectadas por trenes de alta velocidad, sus calles están repletas de modernos edificios de oficinas. En Nueva Delhi y Mumbai, las calles polvorientas permanecen en línea con los mendigos descalzos que las transitan.
Sin embargo, para descubrir que nación ganará en el largo plazo, tenemos que cavar más allá de las apariencias superficiales, hasta las entrañas de las 2 economías, para saber que es lo que las hace mover. La economía de China parece hermosa por fuera, pero está podrida en su corazón, como un Ferrari brillantemente pulida con el motor de un Pinto. El motor de crecimiento de India puede, en ocasiones, mancharse con estiércol y perderse en el camino, pero si se verifica abajo del capot se encontrará que es mucho más potente de lo que parece; más potente, de hecho, que la de China.
Parte de la razón es simple matemática. Dado que la economía china es más de tres veces el tamaño de la India, su tasa de crecimiento será inevitablemente menor y más lenta, lo que permitirá a la India cerrar la brecha. Para una economía en desarrollo, China está envejeciendo rápidamente, debido a las distorsiones causadas por su controvertida política de hijo único, lo que da a la India una ventaja demográfica al incubar una generación de futuro crecimiento. Mucho más importante, y al contrario de lo que muchos creen, la India posee un modelo económico superior al de China -más robusto, más sano y mejor equipado para mantener un progreso rápido en el largo plazo, o sea, sostenible.
Eso se debe a que la economía de la India cuenta con fuentes equilibradas de crecimiento. La fuerte demanda interna impulsa el PIB de India, lo que ofrece una protección de la economía ante shocks externos. China no tiene este tipo de colchón. Su economía es demasiado dependiente de la inversión y las exportaciones. Los economistas creen que China debe estimular más el consumo privado doméstico -para "reequilibrar"- para promover el crecimiento económico sostenible.
En otras palabras, China tiene que ser más india. Eso se hizo evidente durante la Gran Recesión. India pudo superar la recesión gracias a que el resistente consumidor indio impulsó la economía hacia adelante. Cuando la crisis financiera finalmente golpeó a China, por el contrario, Beijing se vio obligada a dar rienda suelta a un tsunami de medidas de estímulo gubernamentales y a facilitar el crédito de los bancos controlados por el Estado para mantener el crecimiento vivo. A pesar de que los economistas del mundo elogiaron la eficacia de los métodos de lucha contra la recesión en China, estos son, de hecho, un signo de fragilidad de su economía.
El dinero habla
El esfuerzo de estimulo de Beijing también expone otro punto débil de China -un sistema financiero defectuoso e inmaduro-. Aunque el Estado es dueño de grandes porciones del sector bancario en ambos países, los burócratas de China interfieren de manera mucho más intrusiva en las decisiones de crédito de sus instituciones financieras, convirtiéndolos en poco más que en brazos de su política gubernamental. Eso hace a los bancos chinos mucho más vulnerables y menos eficientes en la asignación de recursos. Los bancos de la India, por el contrario, se desenvuelven de de manera más comercial. Tienen mayor experiencia en la gestión de riesgos y análisis de crédito, y como resultado, tienden a prestar dinero de forma más inteligente y a tener balances más sólidos. No podemos subestimar lo importante que son para el desempeño futuro de la India. "Los bancos de la India son más fuertes [que los de China]", explica Mark Young, jefe de la agencia calificadora Fitch para bancos asiáticos, con sede en Singapur. "Hay un claro vínculo entre la salud del sector bancario y la capacidad de apoyar el crecimiento económico".
El sector empresarial de la India también supera a China. Las empresas indias son más dinámicas, gozan de una mejor gestión y son más sólidas financieramente que las empresas chinas. Según los datos suministrados por el banco de inversión CLSA, las empresas de la India superan a las de China tanto por sus más amplios márgenes de beneficio como por su mayor rentabilidad sobre capital. Eso no va a cambiar. Las empresas chinas no sólo están agobiadas por mayor cantidad de deuda, sino que siguen sumando deuda a un ritmo alarmante. Los números de Fitch dicen que a finales de 2010, el crédito bancario representaba el 139% del PIB en China en comparación con apenas el 49% en India.
También se puede argumentar que la India es más emprendedora que China. Empresas indias como Infosys, Tata Consultancy Services y Wipro prácticamente inventaron la industria de los servicios tecnológicos tercerizados -una industria que China está intentando copiar-. En sus oficinas en constante expansión, estas empresas absorben miles de nuevos empleados cada año mientras amplían su alcance a todos los rincones del mundo -algo contra lo que los ejecutivos chinos vienen luchando. Arvind Subramanian, profesor en el Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington, DC, dice que se puede encontrar evidencia mediante la evaluación de cómo las compañías de China e India operan fuera de sus mercados. Las empresas de la India, señala, no solo suelen invertir más en el extranjero que China (en términos de porcentaje del PIB), sino que también tienden a operar en la fabricación y en la prestación de servicios centrales en las economías avanzadas. China, por su parte, se ha centrado en la inversión en el exterior en recursos naturales en África y en otras economías emergentes. Eso, sostiene Subramanian, muestra a los directivos indios en mejor condición para competir cabeza a cabeza con los CEOs más importantes del mundo en los mercados más exigentes.
Esa experiencia de gestión será decisiva cuando China e India pierden su competitividad basada en sus bajos costos. La única manera en que ambas economías puedan seguir rugiendo con crecimiento es desarrollando industrias de alta tecnología y empresas innovadoras -un salto difícil, que exige el tipo de dirigencia empresarial que las compañías de la India ya tiene. También se requiere de democracia y de libertades civiles. Por la censura de Internet, el asfixiante control de la prensa y el debate, Beijing está reprimiendo el intercambio abierto de información y el espíritu de riesgo necesario para la innovación empresarial. Los indios, disfrutando de plena libertad de expresión y de asociación, no se enfrentan a tales obstáculos. Estos derechos básicos en la India, además, están protegidos por un poder judicial independiente y confiable que puede mantener el imperio de la ley -otro ingrediente crucial para el progreso económico-.
De quien dependerá el futuro, India o China, será en función de quien está en mejores condiciones para producir los mejores resultados en las décadas venideras, el Estado o el mercado. Es cierto que el gobierno de China es más competente que el indio. Pero ¿podrán los burócratas chinos llevar a su economía a las filas de las más avanzadas? La historia nos dice que la respuesta es no. Desafío a cualquiera a citar un ejemplo de gobierno autoritario que haya sido capaz de desarrollar industrias creativas y empresas innovadoras en todo el mundo. No los hay. China se enfrenta a ese riesgo. Por el contrario, podemos hacer una larga lista de sociedades democráticas, de economías de mercado, donde empresas privadas bien gestionadas se han destacado. Hay muchas razones para creer que la India será una de ellas.
Así que no se deje engañar por los rascacielos de Shangai o la propaganda de Beijing, o confundido por el caos de las calles de Bombay y la tendencia india al auto-desprecio. El estado Chino puede ofrecer alguna ventaja hoy. Pero el mercado de India dará las ventajas del mañana".