RESISTENCIA QUE DA FALSAS JUSTIFICACIONES

Contraofensiva: Atacan centro de servicios secretos en Damasco

En Siria, se constata, hay resistencia y hay poder de fuego. Los activos militares del presidente Bashar al Asad comienzan a ser objeto de ataques por parte de sus detractores.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Desde mediados de marzo se registra en Siria un movimiento de revuelta contra el régimen que tiende a transformarse en un conflicto armado, codeando la guerra civil. Las deserciones y los enfrentamientos entre fuerzas del ejército y desertores se multiplicaron en las últimas semanas.

En Siria, se constata, hay resistencia y hay poder de fuego. Los activos militares del presidente Bashar al Asad comienzan a ser objeto de ataques por parte de sus detractores.

En ese sentido, un centro de los servicios secretos sirios situado cerca de Damasco fue atacado por un grupo opositor armado, siendo la primera operación de este tipo en 8 meses de revuelta.

El ataque fue llevado a cabo este miércoles (16/11) al amanecer por el "Ejército Sirio Libre", un grupo de oposición armada cuya creación fue anunciada en julio pasado por el coronel Riad al Asad, desertor y refugiado en Turquía, indicaron los Comités Locales de Coordinación (CLC) de las manifestaciones de oposición al régimen del presidente Bashar al Asad.

El Ejército Libre de Siria, dice en un comunicado que su objetivo fue un compuesto dirigido por la inteligencia de la Fuerza Aérea en el suburbio de Harasta de Damasco.

"El Ejército Libre atacó con cohetes el cuartel general de los servicios de inteligencia situado a la entrada de Damasco", afirmaron los CLC en un comunicado.

El grupo rebelde dice que otros ataques son dirigidos a los controles militares en las afueras de Damasco, en Douma, Qaboun y Arabeen y Saqba.

Los ataques se producen 2 días después de los desertores mataron a 34 soldados y miembros de la seguridad en la provincia sureña de Daraa, en lo que fue uno de los días más sangrientos de la sublevación.

Daraa es la cuna de la insurrección, dijo Rami Abdul-Rahman, director del Observatorio sirio para los Derechos Humanos con sede en Gran Bretaña. El ataque realizado por desertores del ejército sugiere una nueva alianza entre las tropas y los manifestantes en las calles y auguran un aumento del conflicto armado.

El comité opositor, que adjunta al comunicado un croquis del ataque, precisó que los presos detenidos por los servicios secretos "están bien" pero que no pudieron ser liberados durante la operación.

"Explosiones sacudieron Zamalke, Hamuriya, Duma, Harasta (suburbios de Damasco) y tenemos informaciones confirmadas de que un centro de los servicios de inteligencia en Harasta fue atacado", indicó, por su parte, el Observatorio sirio de los Derechos Humanos (OSDH), organización basada en Gran Bretaña.

Hasta el presente no se dispone de informaciones de eventuales víctimas ni por parte de fuentes gubernamentales ni por parte de la oposición.

El ataque contra el centro de los servicios secretos se produce unas horas antes del inicio en Rabat de una reunión de la Liga Árabe destinada a oficializar la decisión de suspender la participación de Siria en la organización, decisión que fue aprobada el pasado 12/11 por 18 de los 22 miembros de la Liga Árabe, que amenazó asimismo con sanciones al gobierno sirio si no aplica el plan propuesto por la organización para poner fin a la violencia en el país.

El plan prevé la liberación de los manifestantes detenidos y el retiro del ejército de las ciudades.

Pero mientras ello ocurre, la violencia no cesa. Las fuerzas sirias mataron este mismo miércoles (16/11) a 4 personas, 3 desertores y 1 civil, en el pueblo de Keferzita, provincia de Hama (centro), según el OSDH.

La misma fuente afirmó que en Damasco se produjeron "3 explosiones en el barrio de Barzeh", seguidas de "disparos intensos", que continuaban por la mañana.

El martes (15/11), en un aparente gesto de buena voluntad en víspera de la reunión de la Liga, "fueron liberados 1.180 detenidos implicados en los acontecimientos en Siria y que no tienen las manos manchadas de sangre", informaba la televisión estatal.

Entre ellos, el régimen liberó a Kamal Labwani, de 54 años, uno de los detenidos más destacados del país. Labwani estaba cumpliendo una condena de 12 años, acusado de actividades contra el gobierno luego de haberse reunido con funcionarios de la Casa Blanca.

Pero el ministerio sirio de Relaciones Exteriores anunció el martes (15/11) por la tarde que Siria no participará en la reunión de la Liga Árabe ni en la reunión árabe-turca prevista asimismo para hoy (16/11) en Rabat.

Turquía, Jordania y la Liga Árabe se muestran cansados con las negativas o evasivas de Assad y se muestran dispuestos a presionar para que abandone el poder.

Damasco teme que USA y sus aliados podrían utilizar el consenso árabe para presionar a la ONU a que adopte mayores sanciones. Rusia y China se han opuesto, hasta ahora, utilizando su poder de veto en el Consejo de Seguridad. Pero esa postura puede ser difícil de sostener en el tiempo.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo el martes (15/11) que ya no tiene confianza en el gobierno liderado por Assad, un oculista de 46 años de edad, quien heredó el poder de su padre hace 11 años.

"Ningún régimen puede sobrevivir a base de muerte o encarcelamiento"
, dijo Erdogan, que cultivó lazos cercanos con Assad antes de que la sublevación se iniciase en marzo. "No se puede construir un futuro sobre la sangre de los oprimidos".

Turquía también ha cancelado los planes para la exploración de petróleo en Siria y amenazó con cortar el suministro de electricidad al país, que se viene consumiendo los US$ 17 mil millones en reservas de divisas con los que contaba el gobierno al comienzo de la sublevación. Turquía suministra cerca del 7% del consumo total de electricidad de Siria.

Un día antes, el rey de Jordania, Abdullah II, dijo que Assad debería dimitir, el primer líder árabe en hacer pública ese llamamiento. Y el fin de semana, los 22 miembros de la Liga Árabe dieron un voto casi unánime, para suspender a Damasco de la entidad regional.

En una señal de que los gobernantes de Arabia Saudita prevén el fin del régimen de Assad, el ex embajador saudí en USA, el príncipe Turki Al Faisal, dijo a periodistas en Washington que era "inevitable" que Assad renunciaría.

"Creo que lo que estamos viendo aquí y seguimos viendo es que el tambor de la presión internacional es cada vez mayor para Assad", dijo el portavoz del Departamento de Estado de USA, Mark Toner.

A pesar de la condena generalizada, es poco probable que Assad ponga fin a la represión, dijo Fadia Kiwan, un profesor de ciencias políticas en la Universidad de St. Joseph de Beirut. La razón es simple: el régimen de Assad cae en el minuto que termina la represión, añadió.

La ONU dice que más de 3.500 personas han muerto desde que Assad lanzó una campaña a mediados de marzo. Noviembre se perfila como el mes más sangriento de la revuelta, con más de 300 muertes. 

Pero en muchos sentidos, la violencia contra las fuerzas de seguridad juega directamente a favor del régimen, dándole un pretexto para reprimir con mayor fuerza.

Assad dice que los extremistas empujan una agenda extranjera para desestabilizar a Siria y que son los que están detrás de los disturbios.

Assad ha prometido en varias ocasiones impensables promesas de reforma en uno de los estados más autoritarios en el Medio Oriente. Pero al mismo tiempo desató al ejército para aplastar las protestas con tanques, disparos y francotiradores. Y nunca cumplí lo que prometió.

El gobierno sirio ha cerrado gran parte del país, impidiendo las labores de los periodistas. Los videos de los aficionados se han convertido en la principal fuente de información.

El derramamiento de sangre también se ha extendido a las ya existentes tensiones sectarias dentro de Siria, con informes inquietantes que exhiben una peligrosa similitud con la situación vivida en Irak.

Siria es un país mayoritariamente suní de 22 millones de personas, pero Assad y la elite gobernante pertenecen a la secta minoritaria alauita. Assad, y su padre antes que él, se encargaron de ocupar los cargos militares claves con miembros alauitas para así mantener las tensiones a flor de piel.

En gran medida, el ejército se ha mantenido fiel. La mayoría de los desertores parecen ser sunitas. Sin embargo, la incesante represión de civiles puede eventualmente ser el factor que los haga dar vuelta.